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Los proyectos de vida grupal en las Sedes Universitarias de salud (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Por lo anterior, el proceso educativo tiene una marcada
naturaleza social. La educación formaliza a través
de instituciones especializadas y responsabilizadas para ello: la
primaria, la escuela secundaria, los institutos de nivel medio
superior y la universidad. Instituciones que dan respuesta a las
demandas de la sociedad, en sus aspiraciones relativas a la
formación de los hombres. Pero no sólo eso. La
sociedad también educa a sus hombres a través de
factores no formalizados, como son: los medios de
comunicación masiva; centros culturales; museos y salas de
arte, bibliotecas, los centros de entretenimiento; grupos y
asociaciones. Todos actuando con sus mensajes, sus estilos, sobre
los miembros de la comunidad, formándolos positiva o
negativamente. Es decir, el proceso educativo trasciende los
muros de las instituciones educacionales formales y, aunque
consciente o no, se quiera o no, las acciones, criterios, estilos
de personas, instituciones sociales influyen sobre la
población, formando parte de este proceso.
(Didáctica de la Pedagogía, 2004)

Muchos de estos factores consideran que la
educación de los egresados carece de una correspondencia
entre las capacidades alcanzadas y los actuales requerimientos
del mundo del trabajo. Esta realidad encierra un reto
investigativo para los profesionales de las Ciencias de la
Educación en la búsqueda de soluciones
teóricas metodológicas que permitan explicar las
relaciones sociales y su influencia en la educación de la
personalidad de los estudiantes, la remodelación de las
concepciones didácticas, de manera que no sólo
instruyan sino que también eduquen y desarrollen las
capacidades de creación y transformación en un
estrecho vínculo con la sociedad, y de la práctica
didáctica, una actuación consecuente que garantice
al estudiante una formación teórico
-práctica sólida, profunda y de amplio
perfil.

En el análisis del proceso docente educativo en
las diferentes regiones, independientemente de sus diferencias,
existe consenso en que se deben explorar nuevos caminos que
acerquen la formación al contexto en el que se
desempeñan los profesionales. En Europa y en
América se desarrollan importantes programas que lo
definen como prioridad para lograr calidad en la
formación.

Metodológicamente, una de las cualidades
aceptadas del proceso de formación profesional es la
relación directa que guarda con su proceso de
orientación, dirigido a que los jóvenes adquieran
una conciencia capaz de elaborar sus propios proyectos de vida
personal, aspecto tratado a nivel individual y grupal, lo que ha
llevado, en el ámbito universitario, a organizar
intervenciones psicopedagógicas que conduzcan a obtener
estos objetivos. (Carpio, 2007).

El tema de la orientación educativa ha tenido un
amplio tratamiento por autores como: Gordillo (1986),
Rodríguez (1993), Álvarez (1994), Bisquera (1996),
Echevarría (1997), Soleé (1998), Medrado (1998),
Coll (2003), Monereo Carpio (2007). Sus principales coincidencias
radican en concebirlo como un proceso multilateral en el que
intervienen diversos agentes que bajo influencias determinan o
inciden de alguna manera en determinado sujeto o grupo de ellos
(Martínez, 2007). En la orientación grupal, se
estudiaron antecedentes con las Terapias Grupales de Ayuda de
corte Humanista, los trabajos de Pichón Riviere, los
principios de trabajo de la Educación Popular y la
Teoría de los Colectivos y su aplicación en la obra
de Antón S Makarenko y otros pedagogos soviéticos,
ideas que marcaron el camino de la integración entre el
desarrollo individual y el grupo, los que se toman como sustento
en la presente investigación.

En el caso de la Educación Superior Cubana, desde
la Reforma universitaria de 1962, la universidad, asumió
las características de un modelo interactivo
(Núñez Castro, 2005) en el que, el trabajo con el
grupo tuvo importantes antecedentes con los proyectos educativos.
Estudios de autores cubanos como: Álvarez (1999), Batart
(2000); Medina, Guerra y Díaz (2002); Herrera, Brizuela,
Boullosa (2004) y Martínez (2007), coinciden con la
necesidad de que debe ser guiado por las necesidades sentidas de
los propios participantes, quienes deben asumir el cumplimiento
de las acciones propuestas para el tratamiento a las deficiencias
existentes, resulta de gran ayuda los aportes de la
concepción de Ovidio D´Ángelo y los trabajos
del CECESS (Martínez, 2007).

En la SUM del MINSAP en Yaguajay el grupo constituye una
unidad estructural, donde se atienden las diferencias
individuales, el Proceso Docente Educativo está en
función del aprendizaje desarrollador teniendo en cuenta
los diferentes niveles de desempeño de los estudiantes,
atendiendo a sus características psicopedagógicas,
heterogeneidad de vías de ingreso y edades.

A pesar de estos trabajos y del amplio tratamiento que
tiene la orientación grupal se adolece de una
integración entre este y la formación de la
personalidad, mostrando contradicciones entre los intereses,
necesidades colectivas y las individuales. La práctica ha
demostrado que en la SUM, la Filial de Ciencias Médicas y
en la Facultad se evidencia formalismo, las actividades docentes
se centran en la enseñanza, el profesor es la fuente del
conocimiento y los alumnos en su mayoría son sujetos
pasivos o receptores del conocimiento, la enseñanza en su
mayoría es individual y no grupal, por lo que predomina el
modelo tradicional del profesor de Medicina, estas en su
mayoría si bien no eran generalizadas, sí afectaron
considerablemente el valor de los documentos que en cada
año académico se elaboraban, lo que impiden que
realmente sea una herramienta de carácter desarrollador de
los proyectos grupales.

El contenido de esta tesis incluye un estudio de las
actividades dirigidas a la educación política e
ideológica, moral, politécnica, laboral,
intelectual, física y estética de los educandos,
mediante las actividades de los colectivos, la clase y las
actividades extracurriculares que son concebidas para la
formación profesional desde el Proyecto Educativo, que es
la herramienta encargada de lograr el desarrollo del Proyecto de
Vida del Grupo, que independientemente del nivel de desarrollo
alcanzado es un importante indicador que potencia el crecimiento
colectivo e individual de sus miembros.

En los análisis desarrollados en la Sede
Universitaria de Salud se evidenció que existen
limitaciones en los grupos de alumnos y muy fundamental en el
perfil de Higiene y Epidemiología para lograr un proceso
de orientación educativa integral que aproveche las
condiciones del entorno y los actores locales en su
relación con las entidades de salud en su radio de
acción como herramienta de desarrollo profesional. Las
acciones encontradas en la práctica demuestran que los
estudiantes no logran un eficiente proyecto de vida grupal que
sustente altos niveles de estudio y de trabajo por una excelencia
en la preparación integral.

Conclusiones

La construcción de una estrategia psicoeducativa
para potenciar el Proyecto de Vida Grupal en la SUM del MINSAP de
Yaguajay permitió la interacción de los diversos
agentes del entorno local que favorecen el trabajo del grupo. Se
logró una unidad entre la docencia y la asistencia se
recogen las particularidades que potencien el proyecto de vida
grupal y su papel en la formación integral del grupo, se
aplican talleres que fortalecen y elevan el conocimiento de la
muestra y a partir de los cuales se construye la herramienta
pedagógica que valida las potencialidades aún
insuficientemente demostradas en el aprovechamiento del entorno
grupal como medio para fortalecer el desarrollo
individual.

CAPÍTULO I:

La
orientación educativa y su influencia en la
estimulación de los proyectos de vida grupal en el proceso
de universalización

A nivel internacional, la UNESCO ha planteado el reto de
asumir un modelo de trabajo en la Educación Superior que
consolide la masificación del acceso sin que conlleve a
una disminución de la calidad de la formación
profesional. El papel de las dinámicas generadas en los
modelos tradicionales de funcionamiento de las universidades ha
demostrado insuficiencias visibles en cuanto a los presupuestos
metodológicos y la individualización de los
procesos sustantivos a partir de las características
propias de cada contexto.

Muchas han sido las instituciones internacionales que
han puesto sus ojos en la educación superior, pero a pesar
de esto las diferencias a nivel mundial son notables,
demostrándose la necesidad de lograr un consenso en
importantes áreas como la orientación grupal, tema
que se aborda en la presente tesis.

Como respuesta a esta situación internacional de
transformaciones en este nivel de enseñanza, en Cuba se ha
desarrollado desde 1960 un proceso de universalización de
los estudios superiores, con el propósito de garantizar la
formación de los profesionales en su propio municipio de
residencia y para ello se creó en el 2002 una red de sedes
y microuniversidades, también llamadas núcleos de
la universalización (Carbonell, 2006).

A partir de esta transformación, resultó
necesario un accionar común para el logro de la
armonía en el trabajo con los estudiantes que tribute a la
formación del nuevo profesional, en el que debe primar el
enfoque interdisciplinario y el logro de los cuatro pilares de
la
educación en el siglo XXl, "aprender a conocer,
aprender a ser, aprender a convivir y a aprender a hacer,
supuestos teóricos en los que el trabajo grupal es
fundamental y el que es insuficientemente explotado en las
actuales condiciones de las sedes municipales (Martínez,
2007).

La novedosa creación de las instituciones de
Educación Superior en los municipios y el proyecto de
convertirlos en espacios desde los cuales se logre una
formación profesional acorde a las necesidades sociales
Castro (2006), Limia (2006), García (2006) y
Núñez (2007), evidencia en la práctica que
aún quedan conceptos y elementos
teórico-metodológicos por abordar. De ahí
que la innovación en el tema es de amplia pertinencia.
Demostrándose la necesidad de trabajar con el grupo como
estimulador del desarrollo y desde él consolidar
proyecciones conjuntas que sustenten el trabajo
educativo.

Esta línea se fundamenta en la creciente
importancia de lograr un proceso educativo integral que combine
la formación para la vida como un principio de trabajo del
colectivo tutoral, estructura que guía el aprendizaje en
este contexto y que en las circunstancias creadas en las sedes
municipales son el agente educativo fundamental.

La flexibilidad y la correcta estructuración han
caracterizado el modelo de universidad cubano, con una
organización y desarrollo del aprendizaje, basado
fundamentalmente en el estudiante y con actividades
semipresenciales que posibilitan una mayor atención de los
profesores a los estudiantes (Horrutinier, 2000). Su principal
impacto en este sentido está en una creciente
individualización de la orientación educativa que
deja en un segundo plano el trabajo grupal. Realidad que en las
Sedes Municipales abre un espacio de estudio para las ciencias de
la educación.

En la literatura revisada se reconoce que es necesario
aprovechar las potencialidades individuales y el contexto para
lograr escalar nuevos estadios de desarrollo, siendo necesario
una integración social permanente del individuo para
lograr una formación integral. En la sede universitaria se
aplican múltiples estrategias de trabajo para lograr esta
integración que al analizarse muestra resultados
prácticos exigiendo la necesidad de construir enfoques
teóricos novedosos e integradores, pero las respuestas son
aún tentadoras y requieren de una mayor armonía y
sistematicidad.

Es así que en el presente capítulo a
partir de una amplia revisión teórica y los
resultados investigativos del Centro de Estudios de la
Educación Superior de Sancti Spíritus (CECESS), se
fundamenta la necesidad creciente de trabajar con los grupos y
sus proyectos de vida como espacio de formación, que de
aprovecharse puede convertirse en un estimulador del desarrollo
individual y colectivo insuficientemente explorado en las
condiciones de la sede municipal.

En el presente capítulo se fundamentan las ideas
que sustentan la importancia de la orientación educativa
en la Educación Superior y con especial interés
describe las particularidades del trabajo para lograr el
desarrollo del grupo y sus proyecciones. Para ello, utiliza el
Proyecto de Vida Grupal como concepto psicológico que
interviene de manera directa en la dirección educativa del
colectivo y que puede dirigir los esfuerzos conjuntos en el
desarrollo de los miembros.

En el capítulo se funden de manera
interdisciplinaria conceptos pedagógicos y
psicológicos para entender el proceso de
orientación del grupo y su estructuración conjunta
en eficientes estructuras orientadoras de la colectividad. Para
lograrlo se fundamentan en los aportes teóricos de los
modelos de cooperación que en la práctica son de
gran importancia para potenciar la interdependencia positiva y
con ello optimizar el trabajo del colectivo de
tutores.

  • La orientación como base de
    la Educación en la universidad. El trabajo con los
    proyectos de Vida grupal.

Uno de los momentos más importantes
en el devenir histórico de la orientación lo
constituye el inicio de la pedagogía contemporánea
en el siglo XVIII, pues la misma supuso una serie de cambios en
la concepción de educación que se tenía y
que han tenido una fuerte incidencia en la concepción de
la orientación educativa moderna. Relacionado con esto la
literatura destaca los aportes de Rousseau (1712-1778); J.
Pestalozzi (1746-1827) y F.Froebel (1782-1852), como elementos
claves en el desarrollo de la psicopedagogía.

Múltiples autores como Brewer (1970); Beck
(1973); Patterson (1974); Roig Ibáñez (1982);
Whitley (1984); Rodríguez Espinar (1993); Repetto Talavera
(1994) o Bisquerra (1996) han estudiado el surgimiento de la
Orientación coincidiendo en señalar su surgimiento
en el primer tercio del siglo XX, consolidándose tres
grandes corrientes que aportaron los fundamentos actuales para el
trabajo de orientación (Carpio, 2007 p.38)

  • El movimiento reivindicativo de reformas sociales en
    Europa y en los Estados Unidos.

  • El desarrollo del movimiento psicométrico y
    el modelo basado en la teoría de los rasgos y
    factores.

  • El movimiento Americano de "Counseling".

En cada uno de ellos se observan coincidencias que
permiten definir que orientar, es promover normas que tienen por
objeto el esclarecimiento de las posibilidades de aprendizaje,
mostrando cambios, tácticas para seguir las rutas con
mayores posibilidades de éxito (Solé, 1998). A
estos aspectos iniciales se les puede criticar el enfoque que
asemeja el proceso a una manipulación. De ahí que
en el desarrollo teórico se sustentó la necesidad
de una intervención permanente como base del desarrollo
(Gordillo, 1986). En este aspecto se coincide que la
educación es un proceso complejo de orientación que
integra fines y proyectos en un sentido único que sustenta
la formación de la personalidad de los individuos,
principio que debe ser aún revisado en la práctica
pedagógica contemporánea.

La orientación educativa, ha tenido diferentes
enfoques y modelos a lo largo de la historia, en los inicios del
siglo XX, se veía como la intervención externa de
especialistas, asumiéndose históricamente como
primer programa de orientación el de Jasses Davis en
Detroit, 1898 (Gordillo, 1986), lo que significó el
comienzo de una gran carrera en el diseño e
implementación de la calidad educativa mediante la
orientación.

En los años veinte y con la influencia de la
Nueva Escuela, se incluye la orientación educativa en la
clase, quedando el profesor como encargado directo del tema. A
partir de los cuarenta se institucionaliza, pero sin una
integración disciplinar. En los sesenta y bajo el auge de
diferentes paradigmas psicológicos, los debates se
agudizan y la profesionalización se ve
afectada.

En los años setenta se busca incluir la
orientación en el currículo y se van delimitando
importantes experiencias como el trabajo de los llamados para
profesionales (Barawn, 1974; Carkhuff, 1986), que
evidenció las ventajas de los espacios colaborativos entre
los estudiantes para el desarrollo y la orientación
educativa a pesar de que su surgimiento se centra
únicamente en la orientación de iguales (Gordillo,
1986).

Las últimas décadas han ido delimitando
que la orientación ha dejado de tener un carácter
remedial, convirtiendo al orientador en agente de cambio
(Gordillo, 1986). Aspecto de gran interés para el trabajo
educativo, donde el papel del profesor lejos de supeditarse por
medios y modelos no personales, tiene cada día mayor
importancia.

La práctica pedagógica ha reconocido que
las concepciones sobre la Orientación Educativa, tanto las
encaminados a un servicio, como a un programa estructurado y con
fines definidos o en una concepción externa de consulta,
es inherente al proceso educativo y debe concebirse más
que en una tecnología, en una dinámica de
integración teórico-práctica para el trabajo
del profesor(Álvarez, 1994).

En la Universidad, la concepción actual de los
modelos formativos predominantes, son productos de la
evolución de las instituciones que en Europa Occidental,
principalmente en Palermo, Bolonia, París, Oxford,
Cambridge y Salamanca aparecieron durante la Edad Media.
Según esta tradición, las universidades se dedican
a la búsqueda del conocimiento, de la educación y
de la cultura, posición que se ha diversificado con
diversos modelos que han enriquecido su trabajo (Morales. 1991) y
exige aún más la búsqueda de vías
más eficientes para lograr sus objetivos.

A pesar de las diferencias en los modelos de
Universidad, se coincide en la necesidad de la orientación
como base para el trabajo, quedando las diferencias en las
relaciones entre el orientador y el orientado y en las
concepciones teóricas que la sustentan. En la
Clásica, es más dirigida, donde el orientador es el
especialista, en la Científica, que a pesar de ver la
necesidad del trabajo del tutor, siempre lo ha asumido a partir
de una dirección conductista. La Pragmática, la
Productiva y la Crítica que a pesar de sus diferencias,
tienen en común que reconocen la necesidad de una
relación de intercambio productivo entre el educador, el
educando y la comunidad como base de la
orientación.

La Educación Superior a nivel internacional
presenta junto a estos modelos, una compleja realidad de
tendencias como: la diversificación, la
internacionalización, las restricciones financieras y la
masificación (Morales, 1991) que imponen la necesidad de
perfeccionar los sistemas de influencias y su inclusión
como variables en la conducción del proceso
formativo.

La Universidad actual, se caracteriza por una
orientación educativa que adolece de una correspondencia
entre la teoría y la práctica, donde muchas veces
se declaran principios de educación permanente, mientras
se mantienen concepciones excluyentes. Aspecto que debe estar en
la agenda de las investigaciones educativas en este contexto,
dada la importancia que el tema tiene para el desarrollo integral
del ser humano, tanto en su estado actual como en el proyecto
futuro de su crecimiento y desarrollo.

En el Trabajo Educativo a nivel superior se destacan los
aportes de autores como: Gordillo (1986), Álvarez (1994),
Solé (1998) entre otros, pero en el papel de esta en la
estructuración de los proyectos individuales y grupales de
vida, existen pocas experiencias, elemento necesario para lograr
un desarrollo de las nuevas concepciones de la Orientación
Educativa en la Nueva Universidad, que lo declara como su
objetivo central (Horrutinier, 2000).

En el estudio del tema, se debe partir reconociendo que
el Proyecto de Vida Individual, articula la identidad personal y
social en las perspectivas de su dinámica temporal y
posibilidades de desarrollo futuro, comprendiéndose como
un sistema principal de la persona en su dimensionalidad esencial
de la vida. Es un modelo ideal sobre lo que el individuo espera o
quiere ser y hacer, que toma forma concreta en la
disposición real y sus posibilidades internas y externas
de lograrlo, definiendo su relación hacia el mundo y hacia
sí mismo, su razón de ser como individuo en un
contexto y tipo de sociedad determinada. (D'Angelo,
1994).

La formación de los Proyectos de Vida en cada
etapa y en especial dentro de la Universidad, parte de consolidar
un sistema de influencias que tenga en cuenta la situación
social de desarrollo, centrándose en las condiciones de
vida del individuo y sus particularidades psicológicas.
(Bozhovich, 1976).

El Proyecto de Vida, precisamente, es la estructura
general que encauza las direcciones de la actividad y la vida
social, de manera flexible y consistente, en una perspectiva
temporal que organiza las principales aspiraciones y
realizaciones actuales y futuras de la persona, aspecto en el que
el grupo se convierte en un espacio vital de desarrollo. En este
sentido, Jerome Bruner en su libro: Actual Mind, Posibles World
(1986) reconoce que: "cada vez soy más consciente de que
la mayor parte del aprendizaje que tiene lugar en la
mayoría de los marcos es una actividad comunitaria, un
compartir de la cultura" (p.127), siendo de gran importancia el
trabajo de orientación grupal, especialmente en las
proyecciones que se dan en este, que regulan y aportan
importantes significados al comportamiento individual, sustento
de importante valor pedagógico en la Educación
Superior.

La maduración del grupo como sistema
básico de los Proyectos de Vida Grupal es poco trabajado
en la literatura, puesto que la mayoría de los estudios
que en este sentido se realizan están dirigidos a los
proyectos individuales, lo que requiere de un exhaustivo
análisis teórico para desarrollar el trabajo con el
tema.

En el desarrollo de los grupos, la fase superior
estará caracterizada por la estructuración de
fuertes metas comunes (Monereo, 2000) con un alto poder afectivo
que servirán de base para estructurar Proyectos de Vida
compartidos por el colectivo, quedando claramente establecido que
ante un desarrollo alto del grupo como unidad y la
concertación de los Proyectos de Vida Individual se
estructurarán los Proyectos de Vida Grupales (D'Angelo,
1994), afirmación que no niega la existencia de metas
comunes desde las primeras etapas de desarrollo y con la que no
se coincide literalmente, puesto, que la génesis de estas
formaciones colectivas están en los primeros niveles de
desarrollo.

Las metas grupales, que son la base de la
formación de las proyecciones colectivas, son estimuladas
mediante la orientación educativa, por lo que esta tarea
es de gran utilidad para garantizar los modelos de
formación, debiendo concebirse de manera clara en los
sistemas educativos, los criterios que sustentan el desarrollo de
los Proyectos de Vida a nivel individual y colectivo, no como un
fin del desarrollo grupal e individual, sino como una vía
para estos.

1.2 La Nueva Universidad Cubana. Su
modelo educativo en el trabajo grupal.

La orientación que sustenta los modelos
educativos, es definida desde las propias políticas
gubernamentales. Su trabajo tanto a nivel individual como grupal
parte de estos principios, por lo que las universidades muchas
veces deben evaluarse a partir del conocimiento de los
regímenes sociales imperantes (Morales, 1991).

En el caso cubano, desde el propio triunfo de la
Revolución en el 1959 se han ido desarrollando diferentes
estrategias con el objetivo de lograr una educación de
calidad. En el propio año del triunfo se aprueba la ley
680 de Reforma Institucional de la Enseñanza, en 1960, 69
cuarteles de la tiranía son convertidos en escuelas y se
crean 96 centros de Educación Técnica Profesional,
cerrando esta primera etapa con la Campaña de
Alfabetización (1961), que se caracterizó por la
crítica y la orientación del sistema educativo
(Chávez, 1996). Esta posición estimuló el
crecimiento de la atención a la Educación Superior
que contaba con una importante historia que se inicia en 1728 con
la apertura de la Real y Pontificia Universidad de San
Jerónimo de La Habana (García, 1974).

Lo esencial de la Reforma Universitaria Cubana y lo que
la hizo perdurar, está en que respondía a
necesidades académicas de transformación radical de
los métodos y contenidos de la enseñanza y, a la
vez, que trascendía lo específicamente docente para
convertirse en una exigencia político social de vasto
alcance (Hart, 2002). Elementos que se convirtieron en la base de
las transformaciones que en los últimos años fue
experimentando la Educación Superior Cubana.

La apertura del acceso con equidad, la
participación democrática de la sociedad en la
educación, la apertura a la diversidad y la
coeducación, la atención diferenciada y la
gratuidad son características del modelo educativo cubano
(Martínez, 2003). Elementos esenciales que sustentaron el
nacimiento de la Nueva Universidad Universalizada a partir del
año 2002, conceptos que fueron madurando desde los
primeros años de la Revolución.

Hoy en día, la universidad, es una
institución cuya misión, quehacer y resultados
deben estar al servicio del desarrollo armónico e integral
del hombre y de la sociedad, por lo que en primer término
debe responder y rendir cuenta a la comunidad nacional que la
rodea y la sustentan (Ramírez,1993), transformando la
orientación educativa en un instrumento al servicio de la
comunidad.

Las Sedes Universitarias Municipales, están
llamadas a parecerse cada vez más a su localidad,
acercarse a las necesidades y vincularse a la gestión del
conocimiento en el escenario local, por ello deben ser capaces de
ajustarse a los nuevos tiempos, tener un profesional que eduque y
forme en sólidos valores y principios de justicia y
patriotismo superando las esferas académicas y llegar a un
amplio papel humano (Montalvo Pérez, 2006). Para lo cual
la orientación educativa tiene que ser diversa y centrada
más que en lo académico-laboral, en lo
afectivo-volitivo.

Dentro del trabajo educativo, el objetivo fundamental en
la Nueva Universidad Universalizada, está en la
formación integral de los educandos (VII congreso de la
FEU, 2006), formando en ello un correcto sentido de la
planificación y proyección de la vida, siendo
importante concebir al Proyecto Educativo Personalizado y al
Proyecto Educativo de Brigada como un sistema de acciones
individualizadas que se estructuran a partir de las necesidades
educativas del estudiante o grupo, atendiendo a las dimensiones
de la vida universitaria (curricular, extensionista y
sociopolítica).

Para que el Proyecto Educativo Personalizado del
estudiante y el Proyecto Educativo de Grupo tributen a la
conformación de un Proyecto de Vida Individual o Grupal y
se conviertan en un instrumento idóneo en su
formación personal – profesional y social, resulta
necesario que los profesores tutores reconozcan al joven como
sujeto activo, logrando una verdadera relación de ayuda
mutua y complementariedad entre el estudiante y el profesor tutor
como guía y facilitador del proceso, tarea central de la
orientación educativa del colectivo de tutores como
agentes centrales del proceso docente-educativo, aspecto que en
la actualidad debe ser trabajado dada las limitaciones que
aún presentan estas formaciones y que el tecnólogo
desconoce en gran parte.

Es vital definir que en la orientación, deben
combinarse los espacios grupales, los que en un primer momento
del desarrollo de la Universalización y dada las
características de la semipresencialidad y la
heterogeneidad de fuentes se creían difíciles de
aprovechar dado el currículo por asignaturas y la
movilidad y dinamismo de los diseños de formación.
Pero el hombre se agrupa y aparece esa identidad común,
que de ser aprovechada, es de gran importancia para los
aprendizajes grupales y las metas colectivas, (Bruner, 1986),
aspecto clave para concebir las orientaciones en la Nueva
Universidad Cubana. Especialmente se reconoce que el grupo es un
potencial educativo vital, que mediante la cooperación y
el trabajo en equipo puede elevar los resultados del proceso
educativo de la Educación Superior Cubana.

Por la importancia del tema, se debe analizar la
orientación educativa al grupo como un elemento
fundamental en el análisis de la estructuración de
las proyecciones colectivas. Para entender su tratamiento es
importante definir lo que se asume como grupo y algunos criterios
teóricos que fundamentan el trabajo que se desarrolla en
la Educación Superior Cubana.

Una definición de grupo sumamente amplia es la
que lo caracteriza como un conjunto de objetos (personas, cosas,
etc.), de tamaño n sin que el valor de n esté
rígidamente determinado. Sin embargo el valor n no puede
ser demasiado grande (García, 1998)

El concepto de grupo esta muy relacionado, como se ha
visto, con el concepto de sistema. Desde esta óptica se
dice que un grupo es un conjunto de componentes (miembros) cuya
interacción engendra nuevas cualidades que no poseen los
elementos integrantes por separado.

El grupo se considera como un medio muy eficaz para
resolver problemas (Litket, 1979; Ponomariov, 1989; Sbandi, 1980)
y un eslabón intermedio a través del cual se
produce la relación individuo sociedad. Es por ello que la
determinabilidad social de la persona humana transcurre en la
conducta que impera en un grupo social concreto y está
sujeta a las condiciones de este último. (Vorwerg, 1982).
La literatura psicológica refleja una amplia gama de
conceptualizaciones del grupo que va desde la
significación que éste tiene para el desarrollo de
la subjetividad (M. Fuentes, 1993) hasta una definición
del pequeño grupo (Andreieva, 1984).

La mayoría de los autores que hacen referencia al
grupo ven como rasgos comunes que se refiere a un cierto
número de personas, que interactúan entre sí
y se influyen mutuamente en el proceso de alcanzar ciertas metas
comunes, donde todos los miembros son conscientes
psicológicamente de ellos mismos y se perciben como un
grupo, organizando su comportamiento en relación con las
normas y valores implícitamente elaboradas (Shein, 1972;
Cartewrighit y Zander, 1968).

Esta forma de ver al grupo contribuye a la
comprensión de los fenómenos psicológicos
del grupo siendo este considerado como una "comunidad de personas
que interactúan en nombre de la finalidad reconocida,
comunidad que aparece, objetivamente, como sujeto de la
acción" (Sherkovin, 1985).

De ahí que la formación de la comunidad
psicológica entre los miembros del grupo está
condicionada por la participación de éstos en la
actividad grupal conjunta, siendo así que la
formación de sus características esenciales como su
manifestación ocurren en la actividad, lo cual define al
grupo como un fenómeno psicosocial. Estas concepciones
permiten comprender la importancia de trabajar la
orientación educativa grupal como sistema de influencias
pedagógicas de gran importancia. (Guemez Alonso,
2008)

Está comprobado que el trabajo en grupo permite
adoptar decisiones, llegar a conclusiones más ricas que
aquellas que son producto del pensamiento individual, permite
también la creación de hábitos, valores,
creencias y el perfeccionamiento de las habilidades que permiten
lograr cambios en la conducta de las personas que lo
integran.

De ahí que el sistema educativo debe conjugar de
manera armónica el papel del grupo. Siendo así que
las transformaciones que se gestaron a partir del triunfo de la
Revolución, tuvieron como principal objetivo encontrar un
modelo propio que permitiera enfrentar el trabajo docente con una
armonía entre lo individual y lo grupal. La aún
insuficiente respuesta a esta problemática abre espacios
de innovación en la actual etapa de
universalización de la enseñanza.

El trabajo en grupos se convierte en un importante
procedimiento pedagógico, no solo por ser un lugar de
trabajo efectivo, sino, además, porque el espacio grupal
es el lugar de interrelación de la estructura social y la
individual, cuestión de significativa trascendencia en el
proceso educativo que hace más efectivo la atención
a las individualidades de los estudiantes por parte de los
docentes.

En esta experiencia, la preparación de los
estudiantes para su incorporación futura al mundo del
trabajo, requiere el desarrollo de destrezas y capacidades
formales, la formación de disposiciones, actitudes,
intereses, pautas de comportamiento y sobre todo aplicar en ellas
el pleno dominio en el campo del saber, del conocimiento,
adecuado a las necesidades y exigencias de su
profesión.

El trabajo con los grupos y en especial potenciar su
desarrollo a partir de las proyecciones grupales como base
educativa, es un tema que tiene antecedentes en las concepciones
de la Teoría de los Colectivos de la Pedagogía de
Antón Semiónovich Makarenko (1888-1939). En la
experiencia de la escuela de Makarenko se sistematiza con un
mayor sentido práctico las ideas de la educación y
su papel en el grupo, él concibe la escuela como la
encargada de producir a la persona, utilizando la disciplina
conveniente.

Describe Makarenko en sus trabajos cómo
día a día va logrando formar una colectividad en la
que la responsabilidad de cada uno de sus integrantes es el
factor fundamental, en este sentido las tareas del grupo asumen
un fuerte significado compartido y una interdependencia compleja
y positiva en el desarrollo de la actividad.

En la Universalización, potenciar las metas
comunes es de gran utilidad puesto que su estructura va
consolidando niveles de integración y desarrollo del grupo
y la personalidad de sus miembros a través de las
estrategias concebidas por el ministerio, no obstante el futuro
profesional no posee los conocimientos necesarios para llevarlos
al campo del saber-hacer. Es necesario que la Universidad
aproveche las metas que son comunes para consolidar este
desarrollo individual y del grupo.

Proponer un modelo de desarrollo centrado en el grupo y
su papel en el crecimiento individual garantiza una mayor
contextualización de los aprendizajes y una mayor
integralidad en la educación. En Cuba, el tema tiene sus
antecedentes en el trabajo con los Proyectos Educativos de
Brigada, que se gestan a partir de la labor del profesor
guía, definiéndose como una forma de
organización y gestión del año
académico, que ofrece un marco general para toda la
comunidad educativa, en la que se deben enmarcar y dar sentido a
las diferentes decisiones a tomar (Herrera y Brisuela, 2006).
Este aporta un espacio de encuentro, reflexión,
discusión y consenso con vistas a lograr la unidad e
identidad del colectivo, que se consigue formulando y congeniando
con todos los factores implicados en el modelo pedagógico
(propuesta de metas, principios, objetivos y
estrategias).

Diseñar un Proyecto Educativo, significa planear
un proceso para alcanzar una meta. En otros términos,
implica la realización de varias etapas interrelacionadas
de concepción, planeamiento, formulación de
acciones, implementación y evaluación. Para las que
debe concebirse un programa de orientación que garantice
ante la diversidad de intereses los sistemas de influencias
individualizados a partir de la tarea común, lo que
garantizará el desarrollo individual y social.

El Proyecto Educativo de Brigada, por sí solo no
garantiza la aparición de un Proyecto de Vida Grupal, este
puede quedar en un plano formal, especialmente si su
estructuración parte de tareas preestablecidas en
objetivos determinados desde fuera y centrado en resultados
cuantitativos generales. Para que realmente se convierta en una
concepción interna del colectivo, deben alcanzarse altos
niveles de participación, con un diagnóstico claro
de la personalidad de sus miembros y las exigencias sociales al
grupo.

El resultado de la orientación educativa a nivel
grupal, busca consolidar los espacios colectivos dentro de una
organización y gestión del año
académico, ofreciendo un marco general para toda la
comunidad educativa (Herrera Brisuela, 2006). En este sentido,
asumir concepciones mecánicas y parámetros
estandarizados atenta contra su real utilidad
práctica.

El Proyecto de Vida Grupal, parte de concebir la
necesidad de una orientación educativa mediante una
intervención, pero guiada desde las metas comunes que se
van consolidando, con un carácter gradual, sin
estándares de años, resultados cuantitativos o
simples acuerdos formales, es una formación subjetiva del
grupo que parte de la negociación permanente entre los
proyectos individuales y las metas comunes bajo la
orientación del colectivo de tutores.

A diferencia del Proyecto Educativo, el Proyecto de Vida
Grupal es siempre inherente al grupo, impide los formalismos, las
metas y sobre todo estimula una interdependencia positiva, que
genera mayor unidad y desarrollo del grupo y la personalidad de
sus miembros, construyéndose a partir de las
potencialidades sentidas por el colectivo y logrando superar lo
manifiesto para entrar en el mundo interno del individuo. Para lo
cual, se vale de los espacios y objetivos comunes que son la base
de la mayoría de los aprendizajes
desarrolladores.

La Nueva Universidad Cubana, tiene dentro de sus aportes
el de concebir al hombre en su contexto, con sus metas y
aspiraciones reales, que potenciadas correctamente son la base de
su desarrollo y el de la sociedad. Por ello, la eficiencia de la
educación no está solo en las metas planteadas, ni
en las proyecciones formales que se logran, sino en la
interiorización e integración de éstas en la
personalidad de los individuos, en el nivel de desarrollo de la
comunicación y las relaciones sociales de los grupos,
aspectos que se logran a partir de la estructuración de
eficientes Proyectos de Vida Grupales.

  • .El trabajo del tutor y su papel en
    la construcción del Proyecto de Vida Grupal en las
    SUM.

El trabajo en la orientación educativa y la labor
del tutor como agente encargado de velar por la calidad y sentido
del proceso de formación, es una de las experiencias
pedagógicas de mayor tradición, el término
es concebido en etapas precientíficas de la
Pedagogía.

Los antecedentes de la figura del tutor tienen sus
raíces en el siglo V y IV a.C. en la figura de
Sócrates (469-399 a.C.), con su discípulo
Platón y el empleo del diálogo socrático con
la máxima "conócete a ti mismo". En la época
de Homero son contratados preceptores que dan una
formación integral basada en el afecto y el ejemplo, son
clásicas las figuras de Fénix, preceptor de Aquiles
y mentor de Telémaco. Desde esta época, la
función del preceptor con su labor de tutoría es
considerada como un método que debía lograr que los
alumnos aprendieran por sí solos (Herrera, 2006). Estas
concepciones aportan el carácter de guía que
mantiene el tutor en la actualidad.

En la Universidad el trabajo del tutor tiene
antecedentes en las Universidades Anglosajonas, en el Reino
Unido, Australia y Estados Unidos. (Terán Flores, 2004).
Dentro de las experiencias que se pueden citar están: la
Universidad de Oxford, en la que el estudiante tiene un encuentro
semanal con el profesor tutor que le es asignado, los centros de
orientación (Counseling Centers y los Academic Advising
Centers) existentes desde la década de los años
treinta del pasado siglo, el de la Open University, donde los
alumnos estudian de forma autónoma los materiales
preparados (Herrera, 2006). Aunque es importante destacar que
ninguna de ellas sistematiza las particularidades humanistas que
requiere el Modelo Cubano de Educación
Superior.

En el escenario internacional, la Organización de
Naciones Unidas para el Desarrollo de la Educación, la
Ciencia y la Tecnología (UNESCO), en la Declaración
Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI:
Visión y Acción (1998) recomienda el cambio del
proceso de aprendizaje en el que el docente proporcione
orientación y consejo, cursos de recuperación,
formación para el estudio, así como otros apoyos
que tiendan a mejorar sus condiciones de vida.

En Latinoamérica, la tutoría es de
reciente aparición y surge con la finalidad de resolver
problemas relacionados con la deserción, el abandono de
los estudios, la reprobación, el rezago y en general, con
la baja eficiencia terminal. El primer Programa de
tutorías formal e institucional a nivel de licenciatura se
inició en la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM) dentro del Sistema de Universidad Abierta
(SUA), en dos modalidades distintas: individual y grupal.
(Herrera, 2006).

En general, los modelos de tutoría, centran el
trabajo en el tutor como especialista, concibiéndose como
un esquema unidireccional, centrándose muchas veces en sus
necesidades y las de las instituciones, adoleciendo de un
programa integral de atención tutorial con un sentido
humanista, ético y centrado en el estudiante que convierta
al tutor en un formador y acompañante del Proceso
Educativo Integral, que se convierte en la esencia de los cambios
que la actual revolución educacional
desarrolla.

En Cuba, el trabajo de los tutores muestra importantes
antecedentes, tal es el caso del Padre José Agustín
Caballero (1762- 1835) maestro y guía de Félix
Varela, José de la Luz y Caballero, José Antonio
Saco, a los que trasmitió una actitud pedagógica,
científica y filosófica o el maestro Rafael
María de Mendive y sus vínculos con el
apóstol José Martí (Chávez, 1996) que
sirven de referentes obligados para el estudio del tema, otro
ejemplo de los antecedentes de la labor del tutor en Cuba se
asocian a las acciones desarrolladas por los estudiantes de 3ro y
4to años de las Escuelas Normales para Maestros, cuando
realizaban su práctica en la escuela anexa bajo la
supervisión de un maestro primario o de un profesor de la
Escuela Normal (Valdivia, 1987).

La orientación grupal por su parte, tiene una
amplia tradición que data desde los inicios de los
años sesenta, con la creación de los Consejos
Estudiantiles de Curso, que integraban a profesores y estudiantes
que velaban por la unidad de propósitos del grupo,
planeando, orientando y desarrollando el programa educativo en
relación con el plantel, la localidad y las necesidades
sociales, con un profesor que se denominaba guía,
reconociéndose este grupo como la célula madre en
las actividades educativas de orientación a los
estudiantes; que al crearse en 1962 la Unión de
Estudiantes Secundarios, pasa a llamarse Pleno Estudiantil de
Clase, dirigido por un profesor que guiaba los debates (Valdivia,
1987).

Bajo estas concepciones, se reconocía que el
profesor guía debía tener: una gran
preparación y experiencia, un fuerte compromiso social y
político, un gran prestigio y una amplia capacidad
organizativa, conocimiento de la vida de cada uno de sus
estudiantes, sus aspiraciones, debilidades, sus posibilidades y
las del grupo en su conjunto, integrándose a la familia y
la comunidad. (Valdivia, 1987). Estos referentes si bien no se
desarrollan en la enseñanza superior, son los antecedentes
que reconocen la potencialidad que dada las condiciones actuales
de la Educación Superior Cubana, pudiera tener la labor
coordinada del colectivo de tutores en los grupos de clases que
trabaja.

En Cuba en el 2002, aparece un nuevo proceso en la
Educación Superior, que busca lograr elevar el acceso y la
democratización de este, bajo estándares elevados
de calidad y pertinencia (Horrutinier, Hernández
Sánchez, 2004). En él, el tutor, es el encargado de
dar seguimiento a la vivencia educativa en la escuela, para que
en un proceso de reflexión compartida se identifiquen las
fortalezas y particulares que estimulen el desarrollo de los
estudiantes (Corrales Jiménez, 1993). Su labor debe por
tanto trascender más allá de las fronteras de la
escuela y adentrarse en la Situación Social del Desarrollo
del tutorado, convirtiéndose en un catalizador para
alcanzar y desarrollar las potencialidades
individuales.

El DrC. José Ignacio Herrera, asume que el tutor
es una figura académica que dirige la orientación
educativa, en un proceso de integración de acciones
ejercidas por los docentes, los compañeros de clases, las
organizaciones, la familia y la comunidad, integrándose
así la relación Universidad-Sociedad en su contexto
de actuación. Teniendo por trabajo la forma organizada del
proceso docente-educativo con un carácter
sistémico, en el que el alumno recibe especial
atención de manera personal y con un carácter
activo transformador (2006).

Hasta el momento, se ha visto al tutor como la figura
que de manera individual es la guía del aprendizaje. La
visión de la vida en colectivo y la formación del
estudiante de manera compartida en el estudio y el trabajo,
demanda de un tutor capacitado en el trabajo en equipo; siendo el
tema una tarea que requiere una especial urgencia en la
enseñanza universitaria bajo el nuevo modelo de
universalización ya que se observa en los estudiantes el
desconocimiento de las acciones que como profesor tutor deben
acometer y aún más en el área de salud donde
el profesor ejerce la función de profesor tutor en la
asistencia y la docencia.

En el trabajo de orientación grupal tiene un
importante valor teórico la Teoría de los
Colectivos de Antón Semiónovich Makarenko
(1888-1939). Es de gran utilidad reconocer sobre los tutores y
profesores que: "…allí donde no se unan formando
una colectividad…allí no puede haber ningún
proceso educacional" (Makarenko, 1977: p, 118), en especial si se
quiere preparar al hombre que requiere el sistema social
socialista que defiende Cuba. Afirmación que se coincide,
es de gran utilidad, sin limitar el aporte individual de
educadores o condiciones determinadas que permitan el desarrollo
de un individuo o grupo dada la multideterminación del
proceso educativo.

La orientación educativa de la Nueva Universidad
Universalizada, dota a los profesores tutores de una herramienta
donde el papel del grupo asegura la conformación de los
Proyectos de Vida Individuales. Aquí interviene el
colectivo de alumnos y tutores como eslabón central del
proceso docente-educativo, destacándose en el trabajo, el
modelo cooperativo, que pone al grupo como eje central en la
formación.

Las estructuras de los aprendizajes en los procesos
formativos, se han dividido en tres grandes enfoques:
individualistas, competitivos y cooperativos (Echeita, 1995); los
primeros, se centran en el hombre aislado, obviando el papel
social y las relaciones como fuente estimuladora del desarrollo;
los competitivos, con una aparente eficiencia, donde algunos
vencedores salen altamente beneficiados, pero el resto recibe en
diferentes medidas, posibles afectaciones; los modelos
cooperativos a diferencia, estimulan y potencian un sano
crecimiento del grupo como base para el desarrollo individual, lo
que le brinda una gran ventaja para el trabajo en la universidad.
Actualmente existen varias experiencias que así lo
demuestran.

Es necesario promover la cooperación y el trabajo
grupal, ya que éste establece mejores relaciones con los
demás alumnos, aprenden más, les agrada la escuela,
se sienten más motivados, aumentan su autoestima y
aprenden habilidades sociales más efectivas al estudiar
(Echeita, 1995). Esto optimiza el proceso de
enseñanza-aprendizaje y brinda calidad al proceso
formativo en la universidad.

Dentro del paradigma cooperativo se muestran dos
estilos, el propiamente cooperativo y el colaborativo. Cada uno
representa un extremo del proceso de enseñanza –
aprendizaje, que va de ser altamente estructurado por el profesor
(cooperativo) hasta dejar la responsabilidad del aprendizaje
principalmente en el estudiante (colaborativo) (Panitz,
2001).

En el aprendizaje colaborativo el trabajo grupal apunta
a compartir la autoridad, a aceptar la responsabilidad y el punto
de vista del otro, a construir consenso con los demás.
(Gros, 2000). Por su parte, el aprendizaje cooperativo, mantiene
una relación con la orientación del profesor, que
estructura tareas que el alumno debe cumplir con
retroalimentación constante, aumenta la motivación
y la retención, ayuda a los estudiantes a desarrollar una
imagen positiva de sí y de sus compañeros (Johnson
Johnson, 1989)

Las diferencias esenciales entre estos dos procesos de
aprendizaje son, que en el primero, los alumnos son quienes
diseñan sus estructuras de interacciones y mantienen el
control sobre las diferentes decisiones que repercuten en su
aprendizaje, mientras que en el segundo, es el profesor quien
diseña y mantiene casi por completo el control en las
estructuras de interacciones y de los resultados que se han de
obtener (Panitz, 2001).

A pesar de estas diferencias, ambos enfoques coinciden
en que el conocimiento es descubierto por los alumnos y
transformado a través de la interacción con el
medio, para posteriormente reconstruirlo y ampliarlo con nuevas
experiencias. Se asume que el aprendizaje en la nueva universidad
debe moverse desde una estructuración directa del tutor
con sus experiencias, hasta la independencia de relaciones de
autoaprendizaje y coaprendizaje de los estudiantes, lo que debe
sembrarse con el dominio de los modelos cooperativos y el trabajo
en el grupo de estudiantes como factor de desarrollo y
crecimiento de los individuos.

Es conocido que las relaciones interpersonales
condicionan los aprendizajes escolares de forma indiscutible,
tanto en cantidad como en calidad. En el marco del aula, estas
relaciones tienen una doble dimensión con
interdependencias mutuas: las relaciones profesor-alumno y las
relaciones alumno-alumno. En las condiciones del nuevo modelo de
educación, estas relaciones adquieren, en las actividades
presenciales y en el compartir del autoestudio un especial
énfasis, teniendo en cuenta que son el espacio donde se
aprende con mayor profundidad y donde se sistematizan los
resultados de la formación educativa integral. (Ovejero,
1990).

Es función del colectivo de profesores tutores
potenciar la riqueza teórico-práctica del
estudiante, con los recursos necesarios que garanticen un
aprendizaje de calidad. Se debe potenciar el trabajo y el
aprendizaje en grupo, pues como reconoce Gimeno Sacristán
(1998): el grupo pequeño informal es el caldo de cultivo
en el que se desarrolla la mayor parte de la acción
personal individual. En estos grupos pequeños (familia,
amigos, etc.) se fragua la personalidad y se adquieren los
matices que harán posible la existencia del individuo como
ser individual.

El trabajo en grupos y el aprendizaje bajo los modelos
cooperativos es de mayor eficacia por las funciones
desarrolladoras en el ámbito grupal y de relaciones
interpersonales, a partir de la interrelación y
vínculos que promueve proporcionando:

  • 1. Oportunidades para aprender a "ponerse en el
    lugar de otros".

  • 2. Oportunidades de éxito a todos los
    participantes con mejora del rendimiento y una mayor
    estimulación al desarrollo de la
    autoestima.

  • 3. Reducción de estereotipos y
    prejuicios entre distintos grupos socioculturales, ya que los
    compañeros son percibidos como fuente de aprendizaje y
    no como competidores.

  • 4. Mejora en la motivación y las
    actitudes hacia la materia de estudio, hacia la figura del
    tutor y hacia la función de la institución
    formativa.

  • 5. La generación de puntos de vistas
    similares con un lenguaje común, con normas de
    funcionamiento grupal que disminuyen el temor a la
    crítica.

  • 6. Una interdependencia positiva, donde los
    miembros del equipo se necesitan unos a otros y
    confían en el entendimiento y éxito de cada
    persona.

  • 7. Una valoración de la
    contribución individual, dado que cada miembro del
    grupo asume su responsabilidad en la tarea.

  • 8. Estimula habilidades personales y sociales
    como: escuchar, participar, liderar, coordinar actividades,
    evaluar entre otras.

Se coincide que la colaboración implica grandes
potencialidades para el desarrollo actual que exige la
Educación Superior Cubana, en especial en el trabajo de
orientación educativa con los grupos bajo condiciones de
universalización, donde sus características abren
una oportunidad educativa de intercambio y crecimiento individual
y social. Para ello, se requiere de una coordinación entre
los diferentes agentes educativos, donde el colectivo de
profesores tutores tiene la importante tarea de dirigir de manera
coordinada y bajo un fin único, las influencias
educativas, lo que centrará su atención en la
formación y estimulación de los Proyectos de Vida
Grupales.

Para el trabajo de orientación educativa se
tomará como sustento teórico básico, que los
proyectos comunes parten de la consolidación de los
objetivos grupales y tienen un proceso de formación que es
proporcional al desarrollo del grupo, pero en ese mismo orden se
considera que estos también van determinando el desarrollo
y pueden ser estimulados desde la labor educativa de la
universidad, por lo que más que un orden lógico de
determinación, forman una compleja unidad de desarrollo.
(Febles, 1989)

La enseñanza debe verse como un proceso continuo,
de establecimiento de contextos mentales compartidos, fruto y
plataforma, a su vez, del proceso de negociación, lo que
permitirá verificar las conexiones entre aprendizaje,
interacción y cooperación de los individuos que
intervienen en el proceso, que se afectan mutuamente mediante el
intercambio de proyectos, expectativas y proyectos colectivos,
que los conduce al logro mutuo de un nuevo nivel de conocimiento
y satisfacción. (Coll Solé, 1990)

El trabajo de orientación educativa en la
universalización, tiene un importante papel el desarrollo
del grupo con sus características esenciales y el
desarrollo de los proyectos individuales, los que son de una
responsabilidad personal, bajo la ayuda y seguimiento de los
tutores, elemento que se une a la utilización de los
escenarios y modelos de cooperación como un factor de
desarrollo para los Proyectos de Vida Individual y
Grupal.

Es de gran importancia que se estructuren y preparen
estrategias psicoeducativas en estos temas, que fomenten la base
de un desarrollo de la colectividad y la cooperación, las
que deben prepararse bajo los principios de educación
permanente para toda la vida expuestos por la UNESCO
(1998).

CAPÍTULO II:

Caracterización del contexto de la
investigación. Diagnóstico
inicial

Durante los meses de marzo del 2008 y julio del 2009 se
desarrolló un estudio explicativo bajo un preexperimento
pedagógico, sobre cómo potenciar el Proyecto de
Vida Grupal en los estudiantes de Higiene y Epidemiología
de la SUM del MINSAP de Yaguajay. La utilización de este
diseño permitió estimular dicha formación
grupal, siguiendo los parámetros de la
investigación científica de tipo
experimental.

Para el estudio, se mantuvo un diálogo entre los
paradigmas cuantitativo y cualitativo, complementando el
análisis de la muestra, con las generalidades
teóricas, bajo una combinación de enfoques en el
diseño, lo que fue complementado a partir del
análisis y la triangulación de los resultados
obtenidos.

2.1 Población y Muestra del estudio.

Para el trabajo se tomó como unidad de
análisis
a los estudiantes enmarcados dentro del
contexto del proceso docente-educativo de la carrera de
Licenciatura en Tecnología de la Salud de la SUM del
MINSAP de Yaguajay. La Carrera de cuenta con 21 perfiles a nivel
de país, en nuestro municipio se desempeña 13 de
estos, entre los que tenemos.

10- Prótesis Estomatológica.

11-Terapia Física y
Rehabilitación

12-Administración y Economía

13-12 Servicios Farmacéuticos

En el resto de los perfiles tenemos los estudiantes
realizando sus estudios en el FILIAL de Ciencias Médicas
Faustino Pérez por no contar con el personal calificado
para asumir la docencia de estos perfiles en el municipio, los
cuales a partir de 2do año se incorporan a trabajar y a
realizar la Educación al Trabajo en su municipio de
residencia.

La carrera posee los 5 años académicos,
donde existen grupos que pertenecen a la vía de ingreso de
trabajadores y pertenecen al CPT, el resto son de diferentes
vías de ingreso como: CSJI, Orden 18, IPUEC, Habilitados y
por Resolución Ministerial por ocupar cargos
administrativos en nuestras unidades de salud, todos estos
pertenecen al CRD.

Cuenta con 63 grupos distribuidos en los diferentes
años y perfiles, con una matrícula total de 469
estudiantes, a continuación mostramos la tabla que refleja
la matrícula general.

Matrícula general de la carrera
por perfiles en el municipio:

ESPECIALIDADES

1CRD

2CRD

3CRD

4CRD

5CRD

6CRD

TOTAL

1CPT

2CPT

3CPT

4CPT

TOTAL

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ATENCIÓN ESTOMATOLÓGICA.

 

2

 

10

4

 

16

 

2

7

10

19

ADMINISTRACIÓN. Y
ECONOMÍA.

 

10

 

4

6

 

20

3

4

16

8

31

NUTRICIÓN Y DIETÉTICA.

 

 

 

 

7

 

7

 

 

 

 

 

GIS

 

3

4

 

 

 

7

11

18

16

14

59

HIGIENE Y EPIDEMIOLOGÍA.

11

13

8

 

7

 

38

 

 

 

12

12

IMAGENOLOGÍA

4

 

5

17

1

 

27

 

 

 

3

3

LABORATORIO CLÍNICO.

11

 

11

10

8

 

40

3

 

4

15

22

MICROBIOLOGÍA

5

 

 

 

3

 

8

 

 

 

4

4

PROTESIS ESTOMATOLÓGICA.

 

 

1

7

2

 

10

1

 

3

 

4

RSO

 

1

6

10

5

 

22

 

 

 

12

12

SERVICIOS. FARMACEUTICOS

 

5

6

 

3

 

14

 

 

 

27

27

TERAPIA FÍSICA

3

  1

7

19

19

 

49

 

2

 

6

8

TRAUMATOLOGÍA

 

5

5

 

10

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

TOTAL

34

40

53

77

66

 

268

18

26

43

114

203

TOTAL General 470

La estructura de la carrera es actualmente la mayor de
la sede, y dentro de estas el perfil de Higiene y
Epidemiología que cuenta con una población de 51
estudiantes en los cinco años-grupos, divididos en: el
primer año con 11 y un Colectivo de 8 profesores, en el
segundo con 13 y un Colectivo de profesores de 7 profesores, en
el tercero con 8 estudiantes y 5 profesores, en el cuarto con 12
estudiantes y 10 profesores y en el quinto con 7 estudiantes y 4
profesores. No posee profesores a tiempo completo, son profesores
a tiempo parciales, y uno de ellos como Jefe de carrera ha
asumido la docencia.

En el año anterior, el perfil de Higiene y
Epidemiología presentó problemas en el trabajo con
los profesores de la asistencia con la docencia, no existiendo
una estrecha relación entre ambos al evaluar el
diagnóstico integral de la carrera esta fue criticada por
la dirección de la Sede.

En el informe de balance del curso anterior se
destacó que:

  • 1. El Colectivo de Año tuvo deficiencias
    en su organización, siendo evaluado con
    recomendaciones sobre todo en la coordinación y
    trabajo de los tutores y el profesor guía.

  • 2. Del total de los estudiantes en el curso
    anterior, cinco pasaron a matrículas pasivas y la
    asistencia a clases fue del 83.2 %. En esa etapa, dos
    estudiantes se mantuvieron ausentes en toda la etapa de
    rotación por lo que pasaron a causar baja por
    inasistencia, perdiendo el derecho a realizar el examen
    estatal.

  • 3. La asistencia a los Colectivos de Año
    estuvo entre el 67 y 78 %.

  • 4. El cumplimiento del Proyecto Educativo no
    sobrepasó el 62 % y quedó en un plano
    formal.

  • 5. La asistencia a las actividades es poco
    representativa, la brigada de la FEU, incumplió en la
    etapa.

Aspectos que sustentan la necesidad de trabajar con el
grupo del perfil, buscando garantizar una formación con
calidad en su proceso docente-educativo, adoptándose
acciones de intervención en el tema, tomando como
alternativa potenciar los conocimientos acerca de los aspectos
relacionados con las competencias profesionales donde le es
imprescindible la ayuda y guía del tutor .

2.1 La selección de la muestra. Sus
características
.

Para el diseño e implementación de la
intervención se realizó una selección,
utilizando un muestreo no probabilística de tipo
intencional,
teniendo en cuenta que para el preexperimento
se requería de un colectivo que evidenciara las
principales necesidades del trabajo de Orientación
Educativa de la carrera, resumiéndose en:

1-Los tutores en su totalidad son profesores y no
alumnos ayudantes.

2- Los profesores en su mayoría no son propios
del perfil.

2-El grupo de estudiantes representa la mayor cantidad
de fuentes de ingreso que existe en el perfil.

3-El trabajo educativo como grupo superaba el
año, elemento que mostraba ya el vencimiento de los
primeros pasos en el reconocimiento del colectivo.

Teniendo en cuenta estos criterios se seleccionó
el segundo año del perfil de Higiene y
Epidemiología, con un Colectivo de 7 profesores, de ellos,
2 son doctores en Medicina, con la especialidad de
Epidemiología, un Médico Veterinario, Máster
en Epidemiología, una Ingeniera Química y tres son
Licenciados en Tecnología de la Salud, el resto
está actualmente en proceso de maestría.

El grupo posee una matrícula de 13 estudiantes,
integrados por cuatro fuentes de ingreso, con procedencias
sociales diversas y niveles de preparación que marcaban
una compleja situación de las necesidades educativas del
colectivo. Estas son:

  • Ocho son estudiantes habilitados, que tienen 12mo
    grado y se les realizó un curso de preparación
    sobre la especialidad para poder matricular en el perfil
    debido a las necesidades del país en la
    formación de personal preparado en la vigilancia
    epidemiológica, esto representa el 61,53 %, cinco de
    ellos se han presentado a exámenes extraordinarios y
    tres de ellos a mundial. Es la fuente más
    heterogénea en edades, entre los 19 y los 46
    años, estos estudiantes, son en su mayoría
    jóvenes que no habían obtenido carrera en la
    enseñanza preuniversitaria y comienzan a trabajar como
    operarios de vectores, dándosele la posibilidad de
    matricular la carrera, la otra parte de estos habilitados son
    operarios que se les da también esta posibilidad de
    estudio. Por sus resultados académicos esta es la
    fuente de ingreso con mayores dificultades en el grupo con un
    promedio de 3,7 puntos.

  • Tres estudiantes provienen de la vía
    preuniversitario que representan el 23,07 % de la
    matrícula, han vencido la totalidad de las
    asignaturas, sus resultados docentes son superiores al 4,5.
    Se han presentado dos de ellos a exámenes de premio
    obteniendo resultados satisfactorios, uno de ellos se
    presentó al FORUM estudiantil y obtuvo
    premio.

  • Un estudiante es proveniente del Curso de
    Superación Integral para Jóvenes, que
    representa el 7,61 % del total de la matrícula, siendo
    una de las fuentes de ingreso de menor representación.
    Sus resultados docentes en el curso anterior y en el primer
    semestre fueron sobre los 4 puntos.

  • El otro estudiante es proveniente de la Orden 18 y
    representa el 7,61% de la matrícula. Sus resultados
    docentes están sobre los 3,75 puntos.

2.2 Métodos utilizados.

A través del diálogo entre las
metodologías cuantitativa y cualitativa se usaron una
amplia gama de métodos entre los que se
destacan:

Como métodos
teóricos
:

Análisis y la síntesis: se
utilizó en comprender el desarrollo de la Personalidad de
los miembros del grupo, reconociéndose como se van a ir
integrando las particularidades de los Proyectos de Vida
Individual y Grupal, en descomponer las influencias y estilos de
Orientación Educativa en la SUM del MINSAP de Yaguajay y
diseñar bajo su síntesis, una estrategia que desde
el colectivo de profesores tutores permita desarrollar el
Proyecto de Vida Grupal bajo condiciones de
Universalización.

Inducción y deducción: se
estudiaron las particularidades de los grupos y los colectivos de
profesores tutores del la SUM del MINSAP de Yaguajay y las
actividades que influyen en la estructuración de los
proyectos grupales para ir deduciendo los diferentes pasos a
seguir. A través de las leyes y principios generales de la
cooperación, se fueron induciendo particularidades que
permiten optimizar el trabajo de Orientación Educativa en
condiciones de Universalización y se dedujeron acciones y
tareas para lograr mayores niveles de integración y
trabajo colectivo. Con los modelos de trabajo tutoral de la
literatura consultada, se fueron derivando sistemas de
influencias y estilos de trabajo bajo un estudio de las
características de las etapas de desarrollo de los sujetos
y grupos. Se concluyeron posibles comportamientos y reacciones
ante las acciones de orientación, lo que fue guiando el
trabajo educativo.

Histórico- Lógico: se
analizaron las etapas de la Orientación Educativa y el
papel que los grupos fueron tomando a partir de la
consolidación del carácter social de la
educación. Se estudiaron las teorías sobre el
aprendizaje cooperativo y las ventajas que fueron mostrando con
respecto a los modelos competitivos e individualistas y se
mostró el carácter histórico y la necesidad
del modelo de universalización dado los complejos cambios
y necesidades de la sociedad moderna.

El método genético: Se
utilizó en el estudio del proceso de construcción
de los Proyectos de Vida Individual y Grupal, en los que
intervienen tanto las interpretaciones y la influencias del
profesor tutor, su preparación y trabajo, como los
estudiantes y sus sistemas de relaciones. Se estudia el proceso
concreto de Universalización para la Educación
Superior en Cuba, en las que intervienen diversas concepciones
políticas y sociales que sustentan el desarrollo del
modelo.

Partes: 1, 2, 3
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